Hoy hace 1977 años de la aparición de la Virgen María a Santiago
Apóstol en Cesaraugusta, el orígen de la devoción a la Virgen del Pilar.
Historia de la Virgen del Pilar
La tradición, tal como ha surgido de unos documentos del siglo XIII
que se conservan en la catedral de Zaragoza, se remonta a la época
inmediatamente posterior a la Ascensión de Jesucristo, cuando los
apóstoles, fortalecidos con el Espíritu Santo, predicaban el Evangelio.
Se dice que, por entonces (40 AD), el Apóstol Santiago el Mayor, hermano
de San Juan e hijo de Zebedeo, predicaba en España. Aquellas tierras no
habían recibido el evangelio, por lo que se encontraban atadas al
paganismo. Santiago obtuvo la bendición de la Santísima Virgen para su
misión.
Los documentos dicen textualmente que Santiago, “pasando por
Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de
Castilla, hasta Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde
está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí
predicó Santiago muchos días y, entre los muchos convertidos eligió como
acompañantes a ocho hombres, con los cuales trataba de día del reino de
Dios, y por la noche, recorría las riberas para tomar algún descanso”.
En la noche del 2 de enero del año 40, según la Mística Ciudad de Dios
de la venerable madre sor María Jesús de Ágreda, Santiago se encontraba
con sus discípulos junto al río Ebro cuando “oyó voces de ángeles que
cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen
Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol”.
La Santísima Virgen,
que aún vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que se le construyese
allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y
prometió que “permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para
que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con
aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio”.
Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar. El Apóstol Santiago y los
ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a edificar una
iglesia en aquel sitio y, con el concurso de los conversos, la obra se
puso en marcha con rapidez. Pero antes que estuviese terminada la
Iglesia, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para
servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del
Pilar, antes de regresarse a Judea. Esta fue la primera iglesia dedicada
en honor a la Virgen Santísima.
Fuente: www.archizaragoza.org
Fotos: Archivo Agrupación